Un juez de distrito federal en Galveston, Texas, dictaminó que el presidente Joe Biden no tenía derecho a exigir que los empleados federales se vacunen contra el coronavirus y prohibió al gobierno disciplinar a los empleados que no cumplieron con la orden.
Una orden ejecutiva emitida por el presidente Joe Biden a mediados de 2021 requería que los empleados federales (alrededor de 3,5 millones de personas) se vacunaran a más tardar el 22 de noviembre del año pasado, con pocas excepciones por motivos religiosos o médicos, dice Voice of America.
El juez Jeffrey Brown dictaminó que la pregunta es si el presidente "tiene derecho a exigir que millones de empleados federales se sometan a un procedimiento médico como condición para su empleo". Dada la reciente opinión de la Corte Suprema de los Estados Unidos, esta posición va demasiado lejos”. Brown cree que el gobierno puede proteger adecuadamente la salud pública a través de medidas menos drásticas, como el uso de máscaras y el distanciamiento social.
El juez Brown fue nominado por el expresidente Trump. Su fallo es el último de una serie de decisiones judiciales que van en contra de las medidas tomadas por la administración de Joe Biden para vacunar a la población.
A mediados de enero, la Corte Suprema de EE. UU. bloqueó un mandato presidencial similar para vacunar contra el COVID-19 a las grandes empresas: los jueces de orientación conservadora consideraron tal requisito como una “imposición inapropiada” a la vida y la salud de los empleados. Sin embargo, el tribunal aprobó un mandato similar para los empleados de las instituciones médicas.
La administración Biden está luchando por contener la pandemia de COVID-19, que ya se ha cobrado la vida de más de 800 000 estadounidenses y sigue teniendo un impacto negativo en la economía. Muchos grandes empleadores, como United Airlines y Tyson Foods Inc, han informado de éxito en la vacunación de casi el 100 % de su personal. Sin embargo, la decisión de la Corte Suprema que bloquea el mandato para las grandes empresas ha obligado a algunos empleadores, como la cadena de café Starbucks, a renunciar a las vacunas obligatorias para su personal.