Ingenieros de la Universidad de Cornell han desarrollado un dispositivo para reducir pasivamente el estrés humano a través del contacto afectivo. Se adhiere a la mano y la acaricia, reduciendo así el estrés y la ansiedad del usuario.
El dispositivo se coloca sobre el antebrazo y utiliza resortes y un impulsor eléctrico para mover lentamente un trozo de piel sintética de un lado a otro sobre la piel. En un estudio simple ciego, 24 voluntarios usaron el dispositivo mientras realizaban una versión adaptada de la Prueba de Estrés Social de Trier, que consistía en una serie de tareas cognitivas estresantes. El dispositivo fue activado durante la prueba por el grupo experimental de 12 participantes, pero fue apagado en los otros 12 sujetos.
Los resultados mostraron que en el grupo experimental, el nivel de estrés y ansiedad percibidos fue aproximadamente un 50% más bajo, lo que es consistente con los resultados de estudios previos que utilizaron cepillos manuales. Sin embargo, la frecuencia cardíaca en ambos grupos fue la misma. El investigador de Cornell, Iran Zhao, explica cómo funciona este mecanismo fisiológico:
“Rascarse la piel peluda activa un tipo de mecanorreceptor, C-táctil, que es responsable del contacto social. Desarrollamos C-táctil para transmitir emociones entre nosotros. También activa el circuito de recompensa en el cerebro y estimula el placer. Juntos, ayudan a una persona a regular las emociones y a calmarse”, dice.
Hasta ahora, el dispositivo se ve incómodo, pero los desarrolladores ya están pensando en un diseño que sea más adecuado para el uso diario.