Científicos: Dormir mal puede duplicar el riesgo de desarrollar asma

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Un estudio del Biobanco del Reino Unido revela que un sueño de mala calidad junto con una predisposición genética aumenta el riesgo de desarrollar asma en un 122%. Esto significa que aquellos que ya tienen una predisposición genética al asma pueden duplicar su riesgo de desarrollar la enfermedad si no duermen lo suficiente o no descansan bien.


El estudio involucró a 455 mil personas que tenían entre 38 y 73 años en el momento de su registro entre 2006 y 2010. Los científicos estudiaron los patrones de sueño y el papel de los factores genéticos en el desarrollo del asma en los voluntarios. Descubrieron que la ausencia de insomnio y dormir de siete a nueve horas fueron los criterios más significativos para reducir el riesgo de asma.


Además, el estudio también encontró que aquellos que se identificaron como "alondras" (personas que prefieren despertarse temprano) tenían menos probabilidades de desarrollar asma que aquellos que se identificaron como "búhos" (personas que prefieren quedarse despiertas hasta tarde y dormir más tarde).


La calidad del sueño se midió mediante la presencia de insomnio, ronquidos y somnolencia diurna excesiva. Los voluntarios que cumplieron con los criterios "saludables" en estas preguntas, es decir, aquellos que no roncan, no tienen insomnio y duermen de siete a nueve horas cada noche, tenían un menor riesgo de desarrollar asma.


El asma es una enfermedad crónica que afecta las vías respiratorias y causa dificultad para respirar. Los síntomas incluyen tos, sibilancias y falta de aire. El asma afecta a millones de personas en todo el mundo y puede ser causada por factores genéticos y ambientales.


Aunque este estudio no prueba una relación causal entre la mala calidad del sueño y el asma, es una advertencia importante para aquellos que tienen una predisposición genética al asma. Es necesario asegurarse de dormir lo suficiente y tener una buena calidad de sueño para reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad.


En resumen, un sueño de mala calidad junto con una predisposición genética aumenta el riesgo de desarrollar asma. Los criterios más significativos para reducir el riesgo de asma fueron la ausencia de insomnio y dormir de siete a nueve horas. Es importante que aquellos que tienen una predisposición genética al asma aseguren una buena calidad de sueño para reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad.


Los resultados se publican en BMJ Open Respiratory Research.

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